Si vais a ver esta película en versión original, espero que seáis muy bilingües o que pongáis subtítulos. Es bastante difícil de entender, sobre todo a Samuel L. Jackson.
No sabía muy bien como empezar la crítica de esta película ya que además es la primera crítica que hago de una película de Tarantino.
Como ya sabréis algunos, es la octava película de Tarantino, que nos sorprende de nuevo con una de sus mejores creaciones, al más puro estilo western. Básicamente, la historia gira en torno a ocho estrafalarios personajes que se encuentran en una cabaña durante una tormenta en Massachussets.
Podría definirse casi como cine teatral, ya que la actuación de los personajes es clave, y el guión aflora de una manera fascinante. Sin embargo, los escenarios, si bien pocos, no dejan de ser alucinantes.
Al ver esta película, es inevitable quedarse sin palabras al salir de la sala, sinceramente, yo no sabía que decir, necesité un tiempo para asimilar lo que acababa de pasar.
La película se divide en dos partes, con un interludio en medio, ya que es bastante larga. Además, ya de por sí, consta de 6 capítulos, bastante típico de Tarantino.
Nada más empezar la película nos quedamos deslumbrados con la escena inicial acompañada de la alucinante, y recalco, alucinante, banda sonora de Morricone, sin faltar las típicas canciones de Tarantino, quien no pierde su esencia en esta película. Sinceramente, creo que es uno de los mejores inicios de película que he visto, a pesar de su simpleza.
Me gustó mucho la segunda parte, donde no puedes desviarte ni un segundo con temor a perderte cualquier detalle esencial, la trama engancha de manera genial y los hechos se desarrollan de manera completamente inesperada. Sin embargo, en algunas ocasiones, la brutalidad de Tarantino sobrepasa los límites.
Definitivamente, una película que merece la pena ver, donde otra vez más este asombroso director nos deslumbra con su genialidad, sin faltar su típico humor y exageración.
NOTA: 8.5/10
No sabía muy bien como empezar la crítica de esta película ya que además es la primera crítica que hago de una película de Tarantino.
Como ya sabréis algunos, es la octava película de Tarantino, que nos sorprende de nuevo con una de sus mejores creaciones, al más puro estilo western. Básicamente, la historia gira en torno a ocho estrafalarios personajes que se encuentran en una cabaña durante una tormenta en Massachussets.
Podría definirse casi como cine teatral, ya que la actuación de los personajes es clave, y el guión aflora de una manera fascinante. Sin embargo, los escenarios, si bien pocos, no dejan de ser alucinantes.
Al ver esta película, es inevitable quedarse sin palabras al salir de la sala, sinceramente, yo no sabía que decir, necesité un tiempo para asimilar lo que acababa de pasar.
La película se divide en dos partes, con un interludio en medio, ya que es bastante larga. Además, ya de por sí, consta de 6 capítulos, bastante típico de Tarantino.
Nada más empezar la película nos quedamos deslumbrados con la escena inicial acompañada de la alucinante, y recalco, alucinante, banda sonora de Morricone, sin faltar las típicas canciones de Tarantino, quien no pierde su esencia en esta película. Sinceramente, creo que es uno de los mejores inicios de película que he visto, a pesar de su simpleza.
Me gustó mucho la segunda parte, donde no puedes desviarte ni un segundo con temor a perderte cualquier detalle esencial, la trama engancha de manera genial y los hechos se desarrollan de manera completamente inesperada. Sin embargo, en algunas ocasiones, la brutalidad de Tarantino sobrepasa los límites.
Definitivamente, una película que merece la pena ver, donde otra vez más este asombroso director nos deslumbra con su genialidad, sin faltar su típico humor y exageración.
NOTA: 8.5/10