Dunkerque: una película dirigida a la crítica. La semana pasada se estrenó la última de Christopher Nolan, en que nos deslumbra con un film épico basado en la evacuación de Dunkerque durante la II Guerra Mundial.
La película comienza con una toma en que vemos a seis soldados británicos caminando por las vacías calles de Dunkerque. Comienza así la cinta dejándonos un poco en shock y creando un vacío que no tardaremos en llenar con el desarrollo de la historia. A todo esto contribuye igualmente el escaso diálogo, que se reduce a mínimo y necesario, haciendo de Dunkerque una obra visual donde Nolan nos muestra su maestría con la cámara. Y no solo esto, ya que Nolan no solo dirige la cinta, sino que la escribe.
Desde el principio, la historia se divide en tres tiempos narrativos, que se van intercalando a lo largo de la cinta, mostrando una la última semana antes de la huida británica de Dunquerque. Aire (una hora), mar (un día) y tierra (una semana) van apareciendo, creando así un mosaico narrativo que se va formando.
Lo que en un principio puede parecer lioso, hace de la película una obra crítica que nos abre las puertas a la discusión y an entendimiento. Así, llegando al final, vamos viendo como los personajes que aparecen en cada espacio se van relacionando y llegamos a un marco temporal común. Con esto, el director, deja que el espectador vaya llenando huecos y exige cierto esfuerzo para comprender lo sucedido, diferenciándose así de muchas otras películas históricas. Así, el director se centra en el bando británico, y sin mostrar en ningún momento al enemigo, nos muestra un enemigo más allá de la fuerza alemana: el tiempo.
Todo esto se ve mejorado con la obra de Hans Zimmer que pone sido a la película, y en cierto modo funciona como pegamento para la unidad de la cinta, manteniendo la tensión que caracteriza a la cinta.
De hecho, la técnica no solo nos sorprende con esta organización, sino que igualmente Nolan nos fascina con tomas increíbles. Así, podríamos decir que Nolan reescribe el género bélico, mostrando las herramientas que ofrece el cine casi en su plenitud y haciendo hincapié en la importancia de este y en sus usos.
A pesar de la falta de diálogo, los actores igualmente no nos decepcionan y consiguen hacernos viajar no solo en el espacio sino en el tiempo.
Políticamente, el director británico elige un tema quizás complicado en tiempos del Brexit, pero con esta cinta, consigue mostrar a los británicos como la unión hace la fuerza, finalizando con una muestra de solidaridad británica hacia los franceses, sin duda haciendo referencia a la relación con Europa un momento crítico.
En general, es una película crítica, que abre espacio al diálogo en un momento crítico para Reino Unido. La cinta nos sorprende con la técnica y con innovaciones arriesgadas que se alejan del cine bélico clásico, creando así Nolan (junto a la increíble banda sonora de Zimmer), una nueva percepción de la historia y el cine. Increíble.
NOTA: 9.5
La película comienza con una toma en que vemos a seis soldados británicos caminando por las vacías calles de Dunkerque. Comienza así la cinta dejándonos un poco en shock y creando un vacío que no tardaremos en llenar con el desarrollo de la historia. A todo esto contribuye igualmente el escaso diálogo, que se reduce a mínimo y necesario, haciendo de Dunkerque una obra visual donde Nolan nos muestra su maestría con la cámara. Y no solo esto, ya que Nolan no solo dirige la cinta, sino que la escribe.
Desde el principio, la historia se divide en tres tiempos narrativos, que se van intercalando a lo largo de la cinta, mostrando una la última semana antes de la huida británica de Dunquerque. Aire (una hora), mar (un día) y tierra (una semana) van apareciendo, creando así un mosaico narrativo que se va formando.
Lo que en un principio puede parecer lioso, hace de la película una obra crítica que nos abre las puertas a la discusión y an entendimiento. Así, llegando al final, vamos viendo como los personajes que aparecen en cada espacio se van relacionando y llegamos a un marco temporal común. Con esto, el director, deja que el espectador vaya llenando huecos y exige cierto esfuerzo para comprender lo sucedido, diferenciándose así de muchas otras películas históricas. Así, el director se centra en el bando británico, y sin mostrar en ningún momento al enemigo, nos muestra un enemigo más allá de la fuerza alemana: el tiempo.
Todo esto se ve mejorado con la obra de Hans Zimmer que pone sido a la película, y en cierto modo funciona como pegamento para la unidad de la cinta, manteniendo la tensión que caracteriza a la cinta.
De hecho, la técnica no solo nos sorprende con esta organización, sino que igualmente Nolan nos fascina con tomas increíbles. Así, podríamos decir que Nolan reescribe el género bélico, mostrando las herramientas que ofrece el cine casi en su plenitud y haciendo hincapié en la importancia de este y en sus usos.
A pesar de la falta de diálogo, los actores igualmente no nos decepcionan y consiguen hacernos viajar no solo en el espacio sino en el tiempo.
Políticamente, el director británico elige un tema quizás complicado en tiempos del Brexit, pero con esta cinta, consigue mostrar a los británicos como la unión hace la fuerza, finalizando con una muestra de solidaridad británica hacia los franceses, sin duda haciendo referencia a la relación con Europa un momento crítico.
En general, es una película crítica, que abre espacio al diálogo en un momento crítico para Reino Unido. La cinta nos sorprende con la técnica y con innovaciones arriesgadas que se alejan del cine bélico clásico, creando así Nolan (junto a la increíble banda sonora de Zimmer), una nueva percepción de la historia y el cine. Increíble.
NOTA: 9.5